lunes, 11 de marzo de 2013

PEDRO XIMÉNEZ 1730 RESERVA DE ÁLVARO DOMECQ




En Andalucía tenemos la suerte de contar con vinos excepcionales y únicos en el mundo. Tales como los generosos, licorosos y dulces naturales, son vinos especiales con gran reconocimiento de los profesionales del sector vinícola que los elevan hasta la cumbre de los mejores vinos mundiales y los reconocen incluso como el símbolo o espíritu del vino español. Este blog ha sido partícipe de la divulgación de algunos de estos vinos a través de sus letras… finos, Manzanillas, olorosos, amontillados, palo-cortado, dulces…
Pero hoy quiero entrar más profundamente en materia sobre los Dulces Naturales del Marco de Jerez, y más concretamente sobre los dulces naturales elaborados con la variedad blanca Pedro Ximénez, ese dulce de color casi negro, que siempre deja la cara desencajá cuando informo al que se está tomando una copa de tal preciado vino, que sale de una uva blanca. ¿Cómo puede ser eso posible?- me comentan-. Pues sí, esta uva pasa (nunca mejor dicho) por un proceso artesanal por el cual transforma su materia en un néctar, diría yo casi divino. 
Lo explico a grandes rasgos:



El "soleo".
Para la elaboración y la calidad de estos vinos es muy importante su alto contenido en acidez, imprescindible para que el vino no resulte empalagoso, es decir, demasiado dulce y meloso. Para que esto no ocurra, se vendimia la uva antes de su madurez óptima para que contenga un grado de acidez más elevado de lo normal, incluso antes que otras variedades, allá por el mes de Agosto. Tengo que comentar que por lo general, la mayoría del mosto de uva Pedro Ximénez es elaborado en la D.O Montilla Moriles (Córdoba) ya que esta uva se adapta mejor a esta zona más cálida y seca que a otras como la de por ejemplo Jerez, Málaga o Huelva, más frescas y húmedas. Hay pocas excepciones, como por ejemplo en algún pago de la campiña jerezana con cepas plantadas de esta variedad para la elaboración de todos sus vinos como es Ximénez-Espínola. Seguidamente, después de la vendimia, se practica el “soleo”, que consiste en esparcir los racimos sobre esteros de esparto expuestos al sol. Las uvas van pasificándose lentamente, consiguiéndose una concentración de todos sus componentes (azúcares, sales minerales, ácidos…) por la deshidratación sufrida y obteniendo un mosto muy rico en azúcares. Durante este proceso, se le van dando vueltas a los racimos cada dos o tres días para asegurar la correcta pasificación de todos sus granos y de camino se eliminan los defectuosos. Este proceso del “soleo” dura entre 2 y 3 semanas y luego se recogen y llevan al lagar para pasar a ser prensados en molturadoras tradicionales parecidas a las que se utilizan también para los aceites, para separar el mosto de las partes sólidas de la uva. Como este mosto extraído es dulcísimo, apenas puede fermentar, en Jerez se le añade alcohol vínico o vino generoso (se encabeza o fortifica) para conseguir los 17 grados y pasar a las botas para que se fundan en uno solo. Aquí empieza el envejecimiento de este vino dulce por el sistema de criaderas y soleras, donde se afinará y envejecerá para convertirse en un gran vino.



No soy un bebedor muy aficionado a estos vinos dulces, pero reconozco que se encuentran entre los tres mejores dulces del mundo. Gracias a la suerte de poder asistir a varias ediciones de VINOBLE, he podido deleitar mis sentidos con los mejores vinos dulces de Pedro Ximénez, una élite del vino en la que Andalucía sobresale como siempre. Uno de estos vinos que hace ya varios años probé y que en forma de regalo ha vuelto a mí, es el PEDRO XIMÉNEZ 1730 RESERVA DE ÁLVARO DOMECQ, un 100% Pedro Ximénez perteneciente a una gama que brinda homenaje al año de fundación de la bodega (1730) y que sale de botas centenarias, vamos un deleite para el que lo pruebe. Por lo visto, este PX es sometido a una fermentación durante dos ó tres semanas en barricas de roble americano de quinientos litros antes de ser encabezado con alcohol para llegar a los 17 grados, como se hacía antes en las bodegas jerezanas (hoy en día se fermenta en tanques de acero inoxidable). Esto aporta al vino más riqueza sensorial (profundidad), aportando los rasgos de esas botas antiquísimas. Pasa entre 10 y 15 años en esas botas de roble americano de 500 litros por el sistema de soleras (vejez media de 40 años) con una crianza oxidativa para que consiga esa calidad que se le pide, donde alcohol y azúcares se integran para regalarnos una divinidad.
Este “tesoro” viene en botella de 37,5 cl. y puede costarnos entre 25 y 30€, un precio muy razonable teniendo en cuenta la calidad del vino.





Para degustarlo, no opto por utilizar la tradicional copa tipo “catavinos”, ya que creo que no es la adecuada para que deje expresar al vino toda su profundidad, y escojo una tipo “Burdeos” más amplia que permita la percepción armónica de las sensaciones que genera.
La temperatura de consumo depende de la vejez o calidad del vino; a mayor calidad más temperatura. Así que, los más jóvenes se tomarán a unos 7 grados y los más viejos a no más de 15.



Ya metidos en práctica, este PX 1730 cae en copa sigilosamente, sin hacer el más mínimo ruido dándonos pistas de su enorme concentración y untuosidad. Al mover la copa nos deja un velo amarillento, típico en estos vinos, acompañado por unas gruesas y lentas lágrimas que acarician la copa. Su color es castaño muy oscuro con ribetes yodados.
En nariz es potente y muy, pero que muy dulce con aromas concentrados y expresivos que nos recuerdan a la uva pasificada, al cacao negro, al sirope de chocolate, a los caramelos toffee… sobre un fondo de especias dulces cedidas por la madera. Una nariz con mucha personalidad.
En boca es donde más me gusta. Entra como la seda, con cuerpo y goloso, elegante, muy graso y envolvente con fruta muy pasificada, espiritoso, especiado y con final muy expresivo a madera muy vieja que se nos queda en el retrogusto hasta la eternidad.
De los mejores PX que he probado, sin duda.
Siempre me gusta oler la copa vacía varias horas después de haber bebido el último sorbo, porque el vino me cuenta cosas diferentes… café tostado, goma quemada, licor de chocolate… uff, otra vez se disfruta!!

En cuanto a cómo lo acompañaría en la mesa, soy del pensamiento que como mejor se puede disfrutar es sólo o en buena compañía, como se suele decir. Este dulce de Álvaro Domecq en concreto, puedo decir que es un vino con alma para deleitarlo tranquilamente, de los de meditación. 
Os comento un posible maridaje atrevido donde lo que se busca es la diferenciación extrema de los sabores… dulce contra salado. Acompañad este estupendo dulce con unas anchoas del Cantábrico y podréis experimentar calidad y potencia en los sentidos. Hagan la prueba!!


sábado, 2 de marzo de 2013

IV MUESTRA DE VINOS TINTOS DE LA PROVINCIA DE CÁDIZ




Vuelvo un año más a la Muestra de Vinos Tintos de la Provincia de Cádiz, que ya va por su IV edición, para comprobar de primera mano (copa en mano) el progreso en línea ascendente que están desarrollando los vinos de mi provincia. Una de las novedades en esta edición es la inclusión de varias bodegas invitadas de otra provincia andaluza para que también conozcamos lo que se hace dentro de Andalucía. Este año le toca a Sevilla, más concretamente a su Sierra Norte, Aljarafe y Bajo Guadalquivir, que con seis bodegas han satisfecho con creces el nivel de calidad que requiere este evento. No me voy a enrollar en describir la cata de todos los vinos como hice en el post del año pasado, ya que en esta edición hay muchos más y sería un poco aburrido. Así que, voy a centrarme en aquellos vinos que más me han sorprendido o llamado la atención.

Mucha afluencia de público en un precioso patio de un antiguo Claustro que abre sus puertas con 17 stands, de los cuales 6 son de bodegas sevillanas, 1 de Spirit Sherry (turismo enológico) y el resto de bodegas de la provincia gaditana:

-     Bodegas Páez Morilla (Arcos de la Frontera-Cádiz).
-     Bodegas González Palacios (Lebrija-Sevilla).
-     Bodega de Forlong (El Puerto de Santa María-Cádiz).
-     Spirit Sherry (Jerez-Cádiz).
-     Bodega Manuel Aragón (Chiclana de la Frontera-Cádiz).
-     Bodega Finca Moncloa (Arcos de la Frontera-Cádiz).
-     Bodegas Nao Victoria (Cazalla de la Sierra-Sevilla).
-     Bodegas Entrechuelos (Jerez-Cádiz).
-     Bodegas F. Salado (Umbrete-Sevilla).
-     Bodegas Luís Pérez (Jerez-Cádiz).
-     Bodega Hermanos Holgado (Villamartín-Cádiz).
-     Bodega La Margarita (Constantina-Sevilla).
-     Bodegas Colonias de Galeón (Cazalla de la Sierra-Sevilla).
-     Bodegas Ibargüen (Arcos de la Frontera-Cádiz).
-     Bodegas Cortijo de Jara (Jerez-Cádiz).
-     Bodegas Fuente Reina (Constantina-Sevilla)
-     Bodegas Barbadillo (Sanlúcar de Barrameda-Cádiz).


El vino que más me gustó, por su originalidad y proyecto de futuro, es el elaborado por el joven vitivinicultor Alejandro Narváez Bruneau de Bodega de Forlong. Me refiero a su tinto FORLONG MARSELAN 2011, un vino monovarietal a base de la desconocida uva francesa marselan que en España sólo está autorizada en la D.O. Valencia, aunque también es cultivada en varias zonas de Cataluña como Penedés, Costers del Segre o Empordà, aunque aquí no está autorizada por sus respectivas D.O. Es decir, este joven emprendedor es pionero no sólo en ser la primera bodega perteneciente a El Puerto de Santa María en sacar al mercado un vino tinto sino también en utilizar esta uva para un vino y encima como 100% del mismo. Todo un atrevimiento, y eso me gusta. Si me extiendo un poco más sobre esta variedad, puedo contaros que surge de la unión entre la cabernet sauvignon y la grenache (garnacha), y que se empezó a cultivar cerca de Marseillan (ciudad francesa de la que recibe el nombre) perteneciente a la región de Languedoc-Rosellón. Puede vinificarse sólo, como ocurre con este vino, pero también puede ser una buena base de ensamblaje debido a su potencial polifenólico, antociánico y tánico. Al ser una variedad de maduración temprana y estando plantada en esta soleada zona del sur de Andalucía, se debe prestar especial atención al control de su maduración para evitar excesivos aromas sobremadurados que condicionarían el vino, y más con las “benditas” limitaciones del cultivo ecológico. Éste fue el único vino que elegí “para llevar” ya que me gustó particularmente. Tengo que señalar que me prometí que sólo me llevaría a casa una única botella, pues si no me habría llevado más de 15 o 20, seguro. Ya entrando en el análisis del vino, al principio estaba un poco cerrado en copa, posiblemente sea algo característico de la variedad, pero al cabo de varios minutos de charla con Alejandro, el vino se abrió estupendamente. Esa copa teñida de un rojo picota casi negro con ribetes violáceos de juventud, desprendía intensos y persistentes aromas a fruta roja muy madura, especias (pimienta negra), chocolate negro, tostados cedidos por la crianza durante unos 7 meses en barricas nuevas americanas, y notas vegetales de fondo. En boca es denso y muy perfumado, con mucho cuerpo, equilibrado y complejo en sus aromas con unos taninos sedosos que acompañan al conjunto. Su persistencia, de chapó. Puedo aseguraros que este vino puede ser tomado ahora, pero debido a sus muy buenas aptitudes para la “guarda”, podemos dejar que evolucione en botella y nos cuente cosas diferentes y muy interesantes si lo dejamos descansar en buenas condiciones durante un par de años o más.


Ahora un vino de la Sierra Norte de Sevilla, un vino de proyecto y de cultivo ecológico también como el anterior, un vino con mucha historia. Su nombre es PIGAFETTA 2010 y está compuesto por un coupage de syrah, cabernet franc y merlot, vamos como muchos buenos burdeos. Bazuqueos y maloláctica en barricas de roble francés y americano, y maduración durante 14 meses en las mismas. Explico por qué este vino tiene mucha historia y de camino recordamos algo de ella:
“Antonio de Pigafetta fue un tripulante y el cronista de la gran aventura que partió del puerto de Sevilla a bordo del Nao Victoria con el fin de ser la primera expedición en dar la vuelta al mundo. La Nao Victoria, comandada por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, fue uno de los cinco barcos que iniciaron la primera vuelta al mundo, y el único que la concluyó (1519-1522). Los otros cuatro no volvieron y el mismo Magallanes murió luchando en las Filipinas. Llega a Sevilla el 8 de septiembre de 1522 al puerto de donde había zarpado tres años antes con tan solo 18 supervivientes a bordo, convirtiéndose en el primer barco en circunnavegar la Tierra. Las bodegas de aquellas naves hicieron este largo viaje cargados con alimentos y vinos de la sierra sevillana. Y es por esta razón por la que este vino, Pigafetta, será el cronista de la gran aventura de Bodegas Nao Victoria.”
Volviendo al vino, este tinto comparte aromas medianamente intensos a fruta roja madura, flores de campo, vainillas y leves tostados cedidos por la madera, todos muy bien integrados. En la boca es ligero, fresco, sedoso y equilibrado, donde fruta y madera están bien fundidos. Su persistencia es media y agradable. Lo recomiendo.


Seguimos con otro vino, esta vez del Aljarafe sevillano, y cambiando de tercios ya que no es un tinto sino un blanco, aunque estemos en un evento “de tintos”, algo que siempre me ha chocado y que espero corrijan en un futuro eliminando la palabra “Tintos” del nombre de la muestra. Bueno, refiriéndonos al vino en cuestión, me llamó la atención la variedad con la que está elaborado. Es el blanco joven de Bodegas F. Salado, LAGAR DE SALADO BLANCO 2010, 100% garría fina, una variedad autóctona que sólo se cultiva en esta zona y que a mí, particularmente me recuerda mucho en nariz a la germana gewürztraminer con sus aromas a fruta blanca madura y a pétalos. Investigando un poco sobre esta para mí, desconocida variedad, descubro que esta garría fina sevillana es la misma que la garrido o garrida fina que se cultiva y elabora en Huelva normalmente en coupages para los generosos y para el famoso “Condado Viejo”, pero que en el Aljarafe la vinifican también como monovarietal. Esta uva es muy parecida a la palomino fino del Marco de Jerez pero algo más aromática, dando vinos bajos tanto en alcohol como en acidez. Tanto es así que al parecer esta bodega sevillana hace ya muchos años era la que suministraba el mosto de esta singular variedad a Bodegas Sandeman para que elaboraran sus finos ya que era muy similar a la palomino y además procedía de tierras albarizas de gran calidad como ocurre en gran parte del marco jerezano. A parte, esta bodega también elabora un espumoso con esta variedad con el nombre de Umbretum, interesante.
Este blanco es muy transparente y cristalino en copa con destellos acerados. En nariz es intenso, envolvente y dulzón, con recuerdos a fruta blanca de hueso (pera), pétalos, lavanda, limón y un persistente aroma a hierba verde mojada. En boca es más seco de lo que nos transmitía la nariz, ligero y sabroso. Mucha fruta blanca que acompaña a un sutil punto carbónico que le da viveza. Un blanco original que se deja beber y de los que yo llamo “para todos los públicos”.


De Bodegas Luís Pérez que más os puedo decir que no os haya contado ya en este blog. GARUM 2011 fue el único representante de esta bodega en esta muestra, ya que su hermano Samaruco está más que vendido, una pasada. Esta añada trae la novedad de ser un vino pentavarietal, compuesto por merlot, syrah, petit verdot, cabernet sauvignon y tempranillo, al contrario de la anterior añada en la que las dos últimas variedades escritas no participaban. Sigue con sus 12 meses de maduración en barrica de roble francés y americano, y sigue siendo en la actualidad uno de los tintos con más calidad respecto a su precio en toda Andalucía. Esta añada 2011 la encuentro más frutal y balsámica que la anterior, pero siguiendo la misma línea de calidad a la que nos tiene acostumbrados. Intenso y agradable, mucha fruta roja, floral, balsámico, tostados de fondo. En boca es muy equilibrado y sedoso, intenso y persistente. Otra añada de éxito para este tinto con nombre de antigua salsa gadi-romana (garum).


Otro tinto que me llamó mucho la atención es uno de la sierra gaditana, más concretamente de Bodegas Hermanos Holgado de Villamartín. Y no solamente por la variedad con la que está elaborado, sino por la gran aptitud para mejorar con el tiempo. Es el HERMANOS HOLGADO PETIT VERDOT 2011, 100% uvas ecológicas petit verdot, como su propio nombre indica. Un tinto con una personalidad fuerte, domado con varios meses de crianza en madera de roble y preparado para tomar ahora o para dejar en botella 1 o 2 añitos. Si su gusto es de probar vinos potentes y con taninos muy presentes, puede tomarlo ya y sentir la gran raza de esta variedad, pero si lo deja reposar durante varios meses en condiciones aceptables podrá degustar un vino más sedoso y amable pero también un poco más complejo. En estos momentos pude comprobar cómo colorea la copa con un bonito rojo granate intenso y desprende potentes aromas a fruta negra madura, cacao amargo, tostados de la madera y olivas negras. En boca despliega toda su fuerza; potente, dulce a la entrada y seco en el final, con cuerpo, tánico y frutal, con recuerdos herbáceos y tostados en el postgusto. Una petit verdot muy bien aclimatada a las sierras del sur de Andalucía.



¿Sabéis cuál es la única uva vinificable en España cuya pulpa está coloreada, es decir, de color rojo oscuro como su piel? Pues para el que no lo sepa es la garnacha tintorera, utilizada antiguamente para aumentar el color en los vinos a granel y para algunos mostos. Pero hoy en día la podemos ver, y cada día más, en vinos de calidad incluso como monovarietales. Recibe el nombre de alicante bouschet y está más extendida en la zona del levante español, aunque siempre existen vinificaciones individuales dispersas por la península. Una de ellas es la GARNACHA TINTORERA 2011 de Bodega La Margarita de Constantina en Sevilla. Esta es la primera añada de este peculiar vino proveniente de vides de pié franco y madurado durante unos 3 meses en barricas de roble francés. En copa destaca por la juventud y brillantez de sus colores, morados y violáceos, que transmiten viveza y frescura. En nariz es un ramillete de flores silvestres y fruta roja ácida (fresas) que nos envuelven intensamente, estando la madera en un segundo plano con tímidos recuerdos avainillados. Y en boca mucha fruta roja que nos acaricia las papilas, estando muy equilibrado y correcto. Buen vino que seguro en futuras añadas puede dar más de sí.



Colonias de Galeón es una de las bodegas andaluzas referentes en el mercado nacional y extranjero perteneciente a la Sierra Norte de Sevilla. Sus vinos están elaborados con uvas principalmente de variedades francesas, entre ellas la afamada blanca chardonnay, formando parte de dos de sus vinos. Uno es un chardonnay con crianza en barricas nuevas de roble francés y otro, que es sobre el que os quiero hablar, es el PETIT OCNOS CHARDONNAY SOBRE LÍAS 2011, un vino blanco diferente a los que nos encontramos a diario. Tiene la particularidad de su especial elaboración, estando el vino alrededor de 9 meses en contacto sobre sus lías (sedimentos o heces que aparecen en el fondo de los recipientes después de la fermentación del vino) en un depósito de acero inoxidable para conseguir más cuerpo, aromas diferentes y más intensos, y colores más dorados. A parte, se consigue con esto una mayor longevidad, es decir, que el vino aguante más tiempo en botella. Pero esta elaboración tiene el riesgo de aportar aromas no deseables al vino, como por ejemplo los olores a sulfhídrico (huevos podridos) o a agua estancada. Para que esto no ocurra, las lías deben hallarse oxigenadas gracias al bâtonnage. En copa es límpido, brillante y transparente con destellos dorados. En nariz me encanta… intenso, frutoso, floral y balsámico. Lo probamos y es graso, con cuerpo, ácido y persistente. Un blanco como ya he dicho, diferente.


Termino ya con otro vino blanco, esta vez de las afueras de Jerez. Esta es la primera cosecha que sale al mercado con un coupage formado mayoritariamente por la gewürztraminer y una pequeña proporción de sauvignon blanc, y con una elaboración del tipo maceración carbónica. Es el CORTIJO DE JARA BLANCO 2011 de la empresa agroalimentaria Puerta Nueva. Este nuevo blanco “con aires germanos” es de producción escasa, aunque quieren ir aumentando su extensión de cepas con esta noble variedad. En nariz desprende muchos aromas de fruta blanca muy madura (pera pasada) y de flores blancas. Es suave y fresco, fácil de beber, y con una acidez bien conseguida. Un blanco que tiene cabida en este mercado.

Desde aquí quiero felicitar a la organización por la Muestra de este año y animarles para que sigan así, inculcando la cultura del vino, del vino de nuestra tierra, tierra de generosos pero también de buenos tintos, tintos que siempre estuvieron con nosotros, tintos de calidad.
Este es el camino a seguir.