lunes, 21 de mayo de 2012

BODEGAS HACIENDA MONASTERIO





Sin duda había gran expectación porque llegaran los vinos de esta bodega, y más si nos los iban a exponer en plan “cata vertical”. Mucha gente se quedó fuera de ella, incluso realizándola dos días y uno más en una cata privada, pero es lo que tiene a veces el mundo del vino, no se puede abarcar todo. La bodega en cuestión es HACIENDA MONASTERIO de “la milla de oro” de la D.O. Ribera del Duero, una de las más conocidas a nivel nacional. Y es que cada vez van cogiendo más fuerza y repercusión las catas y presentaciones de la vinoteca del Puerto de Santa María, “Vinos y Maridaje” del Grupo Merino. Y prueba de ello, el anterior post de este humilde pero apasionado blog dedicado a una cata realizada en este buen establecimiento. Fueron cuatro las añadas elegidas para esta cata: COSECHA 2007, COSECHA 2008, COSECHA 2009 y RESERVA 2006.

 
Impartiendo la cata Chrystelle Moran, comercial de esta bodega riberense por toda España, que nos transmitió todos los conceptos que identifican a una bodega que realiza todo su trabajo de una forma rudimentaria, antigua, casi ancestral, pero siempre respetando todo lo que la tierra da y quita. Por eso, cada añada expresa lo que el año dio, sea bueno o malo, sin manipulaciones tanto en la viña como en bodega, porque como Chrystelle dice: “Es lo que hay”. Utilizan abonos totalmente naturales, infusiones para la vid cuando le hace falta, toman muy en cuenta los movimientos astrales para todos los ejercicios de la cosecha, etc. Son las normas o reglas por las que se rige esta bodega y que siguen al pie de la letra ya que verdaderamente con ellas no les han ido nada mal. Y gran culpa de este éxito lo tiene uno de sus enólogos, Peter Sisseck, al que ya nos referimos en una antigua entrada de este blog. Es en esta bodega donde dio sus primeros pasos en España, cuando todavía era un chavalito, y miren hasta dónde ha llegado, a elaborar PINGUS, el vino más caro de España y uno de los más codiciados del mundo.  


Entrando de lleno en los vinos que se cataron (todos con coupages en diferentes proporciones de tinta del país, cabernet sauvignon y merlot), debo dejar bien claro que son caldos que por la añada, porcentaje de los coupages o por el tiempo de crianza entre otras cosas, son muy diferentes entre sí, siendo esto muy común en esta bodega que siempre refleja en sus vinos las jugarretas o bonificaciones del año en cuestión. Esta particularidad es muy positiva en este tipo de catas, las verticales, que expresan esas diferencias (rendimiento, inclemencias, horas de sol, plagas, enfermedades, etc.) y hacen la cata muy amena y divertida. Pero ante todo, se pudo comprobar que estos vinos tienen características comunes: armonía en su conjunto, equilibrio, elegancia, frescura, profundidad y gran capacidad para la guarda. De las cuatro añadas, la del 2007 y 2008 parece que fueron las más adversas, es decir, las más difíciles y arriesgadas; fueron dos años muy fríos, con heladas, y por consiguiente poca maduración y menor producción, pero esto no quiere decir que salieran vinos de poca calidad, todo lo contrario, a veces al tener que hacer una mayor selección del fruto se consiguen caldos más expresivos y complejos… es lo que tiene el vino. El vino de la añada 2009 fue para mí el que mostró su mejor estado de forma, no estaba ni verde ni muduro respecto a su evolución en el tiempo, es decir, en su mejor momento para su consumo; acidez impecable y taninos firmes pero amables, en una añada señalada como excepcional por Chrystelle en la que se decidió madurarlo en barrica de roble francés de Allier durante 22 meses. El vino que nos queda, el RESERVA 2006, mostró su potencial de futuro, su gran estructura y acidez para que lo dejemos reposar en condiciones idóneas durante ocho o diez años más y nos revele un ramillete, seguro que fabuloso, de aromas primarios y terciarios. 


Cada vino, cada año, cada momento… son diferentes y eso gusta, es una de las particularidades de este interesante mundo, el MUNDO DEL VINO.

Hasta pronto!!

miércoles, 2 de mayo de 2012

CASTELL D´ENCUS... vinos de montaña.



Sabemos que el vino sale de la uva fermentada, que el hombre encauza a la vid para ayudarla a que se exprese con la mayor naturalidad posible y que, a veces, la maquilla en bodega para encaminarla por el camino elegido. Esto es una premisa en todas las bodegas, pero para el enólogo Raül Bobet no es suficiente y lleva la elaboración de sus vinos a un punto máximo, casi espiritual, porque todo lo que hace lo hace con PASIÓN, cuidando el más mínimo detalle para que tierra, uva y filosofía queden grabados en sus vinos de máxima selección, es una Viticultura ZEN.

(Puedes escuchar esta música mientras lees, que le viene como anillo al dedo:
Zen Music Garden – Live Well, Relax and Rest - Musica Zen)



Castell d´Encus es la pequeña gran bodega de este personaje de la D.O. Costers del Segre, elegida por el sumiller Francisco Cordero de la vinoteca “Vinos y Maridaje”, para la jornada de la cata-presentación del miércoles 25 de abril. Como representante de la bodega nos acompañó Eduardo Sánchez Monge, sumiller y buen amigo de Bobet, que supo transmitirnos el mensaje de la bodega… PASIÓN, y lo pongo con mayúsculas porque fue la palabra que mas repitió y es la sensación que se nos quedó grabada, y más cuando probamos los vinos de la bodega.



Raül Bobet trabajando en
las cubas de piedra natural


Raül Bobet es un enamorado de los buenos vinos, de las cosas bien hechas. Él mismo se considera un “agricultor de montaña” porque entiende que la materia prima con la que elabora sus estupendos vinos les saca el máximo rendimiento a alturas elevadas, sobre unos 900-1000 metros en el área pirenaica, en un paisaje con unas vistas inmensamente bellas. Es una bodega de las que funciona por gravedad, siempre respetuosa con el medio ambiente, aprovechando siempre la energía natural que nos regala la tierra para llevar a cabo la mayoría de los ejercicios para la elaboración de sus vinos. Como ejemplo, os puedo contar que utilizan 4 kms de tuberías debajo de un viñedo para aprovechar la temperatura (frío o calor) y reducir el gasto energético, es la llamada “energía geotérmica”. Así mismo, también aplican una agricultura orgánica y aprovechan las aguas de lluvia que caen en el tejado de la bodega que se diseñó a propósito para ello. Son algunas de las razones de la naturalidad en sus vinos.

Una de las ideas más singulares que se le ocurrió a Bobet, fue aprovechar unos lagares de piedra natural de la zona pirenaica del Pallars Jussá en Lleida, que fueron escavados por los monjes de la Orden Hospitalaria (1150- finales del SXVII) para la fermentación de sus vinos. Son como cubas con una capacidad aproximada de 2000 L esculpidos en una piedra muy dura de una composición parecida al vidrio para aprovechar la temperatura natural de las mismas en las fermentaciones alcohólicas. Esta técnica, aunque algo laboriosa, es totalmente aséptica, la tapan superiormente con un plástico especial al fermentar, e incide en los vinos limando la carga vegetal que nos podemos encontrar en boca, suavizándolo y redondeándolo.




Adentrándonos más en sus vinos, a los que él denomina “vinos de montaña”, os tengo que confesar que me han hondado profundamente. Dos blancos y tres tintos que transmiten claramente la filosofía de la bodega, de Bobet… vinos con PASIÓN. Son vinos que, sinceramente, sufren un exhaustivo examen antes de su salida al mercado. Es una superselección de lo mejor de cada viñedo, de cada vid, hasta llegar al punto, según nos cuenta Eduardo, de desechar muchos litros de vino, que seguro sería estupendo para muchas bodegas, pero que para Bobet no cumplen con sus exigencias, todo en pos de la máxima calidad.



A continuación, os cuento un poco de lo que me encontré en cada botella:

EKAM 2010 
Elaborado con uvas riesling y un pequeño porcentaje de albariño, este blanco nos traslada a la patria vecina, a la Alsacia francesa. Podría competir, y no estoy exagerando, con muchos rieslings de máxima calidad, tal que, participó en una cata a ciegas entre enólogos de la Alsacia entre muchos rieslings y los asistentes no daban crédito de que ese vino hubiera salido de suelo español. Una parte fue vendimiado con podredumbre noble, aportando al vino un pequeño rasgo glicérico típico de los vinos botritizados, que seguro se transformará con el tiempo en botella en rasgos dulzones apoyados por su marcada acidez. La riesling está plantada en la zona más fría y con mayor altitud de la bodega, a unos 1000 metros, dónde este tipo de uva se desarrolla con mayor calidad. Su color es amarillo pajizo con algunos matices acerados, transparente y muy brillante que nos delata su excelente acidez. En nariz es intenso y perfumado, fresco, floral, frutal (manzana verde y pera fresca blanca) y mineral. Su boca es intensa y femenina, delicada, fresca, larga, con un punto glicérico aportado por la podredumbre, con reminiscencias cítricas (acidez), de flores blancas y de frutas blancas de hueso. Excelente acidez y persistencia con recuerdos minerales. Un vino que con una buena guarda en botella se transformará y nos contará otras cosas… tal vez petróleo, miel… así que me compré una para guardar en mi cava.

TALEIA 2010

Encarna el proyecto de Bobet de elaborar en España un vino blanco como ningún otro, es su taleia, su obsesión que siempre le está dando vueltas en la cabeza. Fermentadas en barricas de roble francés nuevo (todas sus barricas son nuevas de primer año, año tras año) sobre sus lías, la sauvignon blanc y una pequeña parte de la semillón otorgan a este blanco de una gran personalidad. No es tan delicado como Ekam, pero el pequeño paso por barrica le aporta una gran complejidad. A la vista es de un brillante amarillo pajizo con reflejos más intensos. Nariz potente y compleja, destacando rasgos de fruta de hueso amarilla, especias, leves vainillas sobre un fondo de césped verde y de heno. Es una nariz para recrearse. En boca es potente, te llena la boca, pero a la vez es fresco y ligero, muy bien acompañado por su buena acidez… otro vino que tiene una buena vida por delante. Y esa complejidad…

ACUSP 2010

Es un 100% pinot-noir, de los pocos que se hacen en España, y es verdaderamente interesante. Es la variedad que acompaña a la riesling en altura y temperaturas, a 1000 metros dónde se le puede sacar más jugo, dónde mejor se comporta, en climas fríos. Es una pinot-noir con rasgos jóvenes, no es de esos vinos viejos con aromas a establo o a estiércol, pero que puede desarrollarlo si lo dejamos descansar durante varios años. Antes de su crianza en madera también realiza la fermentación maloláctica en barrica, otorgándole al vino más suavidad. Su color es muy abierto, propio de esta variedad francesa debido a que su piel es fina y delicada con pocos taninos, transparente y muy brillante, con un precioso e inhabitual vestido de granada muy madura. Nariz muy personal y varietal, diferente, intensamente atractiva y sugerente. Aromas a fruta roja ácida (fresones y cerezas), hoja de higuera, flor perfumada (jazmín), tierra o mineral. En boca es aterciopelado, acompañado por una buena acidez que lo lleva a un final intenso y persistente con recuerdos terrosos y de una madera fina de muy buena calidad. Otro vino que se expresará con muchos otros matices con tiempo en botella.

THALARN 2010

Nombre que hace honor al municipio dónde se encuentra la bodega, elaborado 100% con syrah, que se expresa muy fresca en zonas frías como el Ródano. También realiza la fermentación maloláctica en barrica antes de su crianza en madera, como todos los tintos de Bobet. En copa es muy cubierto, de atractivo color picota con ribete violáceo y denso, dejando una lágrima coloreada. Nariz intensa y muy varietal, fácilmente reconocible, silvestre (violetas y fruta fresca), especiada (pimienta negra), sobre un fondo de sotobosque. Boca sedosa, intensa, pero no alcohólica, con una acidez marcada que asimila bien el toque de madera en su crianza. En retrogusto se repiten los aromas que encontrábamos en nariz con una persistencia duradera y un leve atisbo mineral.

QUEST 2009

Coupage formado por tres francesas: cabernet sauvignon, cabernet franc y petit verdot. Aquí Bobet busca la máxima extracción varietal, conjugando la frescura y la máxima calidad, para dejar de lado esos tintos corpulentos y alcohólicos que está muy presente en el mercado actual, y ofrecernos un vino fino y elegante. En copa es de color rojo picota intenso con ribetes cardenalicios, de capa alta y brillante. Es intenso y complejo en sus aromas (fruta negra, flores, especies, vainillas, cacaos…) arropados por rasgos balsámicos que le dan frescura. En boca es intenso, sabroso y largo, con una acidez muy bien integrada junto a la madera, destacando los aromas frutales y especiados, todo en un entorno sedoso y fresco.






Son vinos de altura, frescos, con una muy correcta acidez para su guarda.
Vinos que te sacan una sonrisa con sólo meter la nariz en la copa, tal y como nos contó Fran Cordero cuando los probó por primera vez.
Vinos de Raül.
Vinos de Bobet.
Vinos con… PASIÓN.