martes, 23 de abril de 2013

VIÑEDOS TRASMUNDE, vinos gallegos en Cádiz.



En esta ocasión, la pasión por el vino me lleva a asistir a una cata en la vinoteca Baco Vinos en el centro de Cádiz, en su bello centro histórico. Como casi siempre, salgo corriendo para poder llegar a tiempo y no perderme ni un detalle de la misma. Y es que tengo curiosidad por los vinos de la bodega en los que se va a centrar la tarde, vinos de la bodega Viñedos Trasmunde, pertenecientes a la D.O. Valdeorras, una de las zonas con mayor proyección de calidad en el panorama vinícola español, según los expertos y críticos vinícolas. Valdeorras es una de las cinco D.O. que existen en Galicia, situada en la parte más oriental de la provincia de Ourense y bañada por el río Sil, formando preciosos valles con algunos viñedos en laderas con mucha pendiente que hacen muy difícil las labores de la vid, pero muy positivas para los vinos que saldrán de allí, ya que a causa de la permeabilidad y del buen drenaje de su suelo, formado por caliza principalmente, y de su poca fertilidad, la raíz busca desesperadamente los minerales necesarios para alimentarse, esforzándose en profundizar lo más hondo posible. De ahí la gran complejidad que nos podemos encontrar en muchos de estos vinos, principalmente en los blancos de godello, variedad lugareña con la que se están consiguiendo vinos estupendos y de la que soy simpatizante.



Al frente de la presentación, Laura Macías, enóloga formadora que ha trabajado en alguna bodega como Páramo de Guzmán (Ribera del Duero) o Pío del Ramo (Jumilla). Personas como esta son las que hacen falta en este mundo del vino, dispuestas a educar e inculcar a los neófitos los valores y conceptos básicos para que tengan una buena base y conozcan correctamente todo lo relacionado. Empieza con una introducción a la cata, presentando previamente la bodega y los vinos que se van a “poner a prueba”. Se procede poco a poco, explicando todas las preguntas formuladas por los asistentes que se van haciendo a lo largo de la cata, pero siempre en un ambiente muy ameno y divertido. Cómo sacar el corcho, cómo se debe presentar el vino ante el comensal, explicación de las distintas fases de la cata, sabores que se pueden detectar en la lengua, diferencias entre vino joven y vino con crianza, etc.



Bodegas Trasmunde se fundó hace poco más de dos años, en el 2012, y aunque sea una bodega muy joven, trabaja con propietarios de pequeñas viñas, algunas muy viejas que dan vinos expresivos y de calidad. Es decir, estamos ante una de las numerosas bodegas con ambición y proyección de futuro que busca siempre la máxima calidad antes que la producción excesiva, el camino correcto para poder triunfar. Y prueba de ello es la confianza que esta bodega deposita en distribuidores con talento para comercializar sus vinos como es la empresa Vinum Populus de la mano de Juan Rodríguez Ortiz de Galisteo, una de las personas que tuve ocasión de conocer en la cata de ese día y de la que me llevé una inmejorable impresión. Ambicioso y enamorado de los buenos vinos, que quiere hacerse un hueco en esto de vender vinos, pero siendo muy selectivo, hurgando principalmente en los vinos de pequeñas bodegas como la que nos ocupa hoy, cuya principal filosofía es la calidad por encima de todo. Seguro que sonará mucho de aquí en adelante.

Como os comenté anteriormente, tengo curiosidad por saber de estos vinos, y principalmente sobre sus tintos, tintos gallegos que cargan todavía con el letrero de vinos extremadamente ácidos y ligeros, casi imposibles de saborear, tradicionales y ancestros, muchos equívocos en su elaboración hereditaria. Pues bien, esta bodega cuenta por ahora con tres vinos, de los cuales dos son tintos y uno es blanco. Os comento lo que me mostraron cada uno de ellos:

TRASMUNDE GODELLO 2011


100% godello de viñedos en ladera.
D.O. Valdeorras, A Rúa, Ourense (Galicia).
15.500 botellas.
13,5% alcohol.


VISTA
Amarillo pajizo con reflejos a oro joven, cristalino, brillante y totalmente límpido. Medio ligero en su movimiento.

OLFATO
Nariz de media intensidad, fresca y con apuntes balsámicos. Aparecen recuerdos a cítricos (jugo de limón), manzanas verdes, flores blancas, finas especies (pimienta blanca) y un sugestivo fondo mineral que nos evoca a la piedra mojada de río.

GUSTO
Entrada noble, prosigue amplio y expresivo. Cierta sequedad. Frescura y acidez muy correctas y final de boca muy persistente de la mano de un alcohol que da calidez a ese final, exaltando los aromas que nos encontrábamos en la fase olfativa (cítricos y mineral, principalmente).

TRASMUNDE MENCÍA 2011


100% mencía de viñedos en ladera.
D.O. Valdeorras, A Rúa, Ourense (Galicia).
18.000 botellas.
14% alcohol.


VISTA
Bonito color de este tinto que expresa juventud y carácter. Rojo cereza muy intenso de media capa con ribetes violáceos y lágrima abundante. Su movimiento cuando hacemos girar la copa es algo denso.

OLFATO
Nariz muy frutal y concentrada. Cuesta un poco separar los aromas. Intensa y con marcado carácter terroso. En primer plano recuerda a un cajillo de fresones muy maduros y a otro de ciruelas. Regaliz y final a piedra caliente de montaña. Calidez.

GUSTO
Pura potencia en boca. Concentración y frescura se conjugan en este vino para llenarnos la boca con opulencia, ayudada por una acidez en su justa medida y unos taninos que no sobresalen, es decir, es un vino joven pero es muy equilibrado, expresando lo que debe transmitir un buen vino, su tierra.

TRASMUNDE GARNACHA 2009


100% garnacha de viñedos de cepas viejas de más de 80 años.
6-8 meses madurado en barricas de roble francés.
D.O. Valdeorras, A Rúa, Ourense (Galicia).
1.600 botellas.
14,5% alcohol.


VISTA
Rojo cereza muy oscuro con ribete granate. Capa alta y abundante lágrima.

OLFATO
Aromas concentrados y frutales (moras y grosellas negras) sobre un tímido fondo tostado de crianza que nos recuerda al café molido. Pierde algo de frescura en nariz debido a sus 14,5 grados de alcohol, elevando con intensidad unos aromas bien ensamblados. Vino cuya nariz sea, posiblemente, más interesante en un par de años cuando desarrolle con más claridad toda su diversidad.

GUSTO
Potente, vigoroso y carnoso. Bien estructurado y de sensación aterciopelada donde los taninos están presentes pero no despuntan. Acidez armónica con el conjunto. Final cálido y persistente donde reaparecen con intensidad los aromas a fruta negra y a tostados de la madera.


Estos vinos me demuestran que se pueden hacer muy bien las cosas por Galicia. No sólo sus deslumbrantes blancos de albariño o godello, por nombrar algunos, pueden dar lo mejor de una tierra con una dilatada tradición vinícola, sino que sus tintos lejos de ser vinos fáciles de beber, de capa ligera y fruta poco expresiva, te transmiten el carácter de esa tierra, su alma.


A partir de ahora seguiré buscando con más intención estos sabrosos y complejos vinos, vinos de otro mundo, del mundo del más allá, como el de esta joven bodega… Trasmunde.


sábado, 13 de abril de 2013

LAS MESETAS 2009, juventud e ilusión.




Hoy os escribo sobre un vino tinto de la Sierra de Cádiz del que tenía ganas de probar. No es un tinto de los que son poderosos y complejos, lleno de matices y con una gran profundidad, pero tiene otras aptitudes. Es joven y fresco, pero con una gran proyección y con una gran cualidad, su transparencia en cuanto a la concentración de aromas varietales. Y digo proyección porque a mi entender como procede de vides más o menos jóvenes todavía muestra en boca algo de esa juventud en forma de rasgos herbáceos, pero seguro de que en futuras cosechas se conseguirá un vino más entero, ganando en complejidad y estructura, siendo cada vez más apto para la crianza en barricas de madera. Es el tinto LAS MESETAS 2009 procedente de pequeños viñedos de la hermosa localidad gaditana de Setenil de las Bodegas, municipio que os aconsejo enormemente su visita por sus peculiaridades y belleza, tal y como lo certifica su puesto 31 dentro de los pueblos más hermosos y con encanto de España, y su segundo puesto en los de Andalucía. Está compuesto por un coupage de las tres variedades francesas universales como son cabernet sauvignon, syrah y merlot, y no ha sido envejecido o madurado en barricas de madera, sólo la crianza reductiva (en ausencia de oxígeno) del tiempo de permanencia en botella.


En la página web de la tienda gourmet La Cueva del Ibérico, que vende productos gastronómicos de la Sierra de Cádiz de gran calidad, fue donde pude ver por primera vez este vino. Y es que Daniel Camacho, aparte de ser el propietario de esta pequeña tienda setenileña, pertenece a la familia culpable de la existencia de este vino. Es con él con quien tengo el contacto a través de las redes sociales y el que me ha hecho llegar esta muestra para catarlo. 


En realidad es su padre Francisco Camacho Gallego y su hermano quienes se ocupan verdaderamente de las labores en la finca entera, incluidos sus viñedos, que fueron plantados en el 2004 con 6000 vides repartidas a partes iguales entre las tres variedades anteriormente mencionadas, aunque actualmente son menos, ya que algunas tuvieron que ser arrancadas. Esta es la segunda cosecha que sacan al mercado de este vino, siendo la anterior del 2008 de mucha producción, propio de viñedos con cepas jóvenes. Al parecer, el vino es elaborado en Bodegas Regantío (Arcos de la Frontera) para luego ser embotellado y para que también aporten su registro sanitario y embotellador para poder venderlo legalmente, ya que actualmente no disponen de nave embotelladora en su finca para hacerlo a la francesa “MIS EN BOUTEILLE Á LA PROPIÉTÉ”. Son los comienzos para hacer realidad un sueño en forma de vino, un proyecto de bodega, ir paso a paso para no equivocarse, a veces, en condiciones rudimentarias, pero siempre buscando la calidad y la expresión de la zona, su singularidad. Todo esto se consigue con el duro trabajo y el amor por el buen vino.

La historia de Setenil de las Bodegas está íntimamente ligada al vino tal y como su propio apellido indica “…de las Bodegas”. Os cuento un poco: 

Siglos atrás, este hermoso pueblo estuvo rodeado por muchas viñas y producía mucha cantidad de vino para el consumo propio de la población y para los pueblos cercanos hasta que a finales del siglo XIX la mayoría de las vides fueron arrancadas por la mortal filoxera. Eran tierras muy fértiles, apropiadas para la buena agricultura y por consiguiente producía mucha cantidad de uvas. Independientemente de la calidad de sus uvas, que todo se diga antiguamente no se le daba tanta importancia como hoy en día, Setenil era conocido por aquel entonces por sus grandes producciones de vino que fermentaban en tinajas de barro como tradicionalmente se hacía por aquella época en pequeñas bodegas familiares. Es por la existencia de estas pequeñas bodegas por lo que Setenil cogió el apodo de “de las Bodegas” siendo con el paso de los años el apellido o nombre completo del pueblo.

He aquí un claro ejemplo de historia íntimamente ligada al vino, como cito en la frase que define la filosofía de este blog “detrás de un vino siempre hay una historia que contar”, que en este caso es de un vino de Setenil que nos cuenta la historia de su pueblo, un pueblo con mucho vino que demostrar.


Setenil de las Bodegas está situado en plena Sierra de Cádiz a unos 640 metros de altitud, por lo que los viñedos existentes sufren la llamada “amplitud térmica” tan beneficiosa para el vino tanto en viña como en copa. La amplitud térmica es la diferencia entre la máxima temperatura registrada y la mínima temperatura registrada en un día. A más altura, más y mejor radiación solar y la amplitud térmica es mayor. Aparte de ser beneficioso para la salud de la vid, se logran vinos más aromáticos, más frutales y elegantes, con una coordinación estupenda entre azúcar, alcohol y fresca acidez, evitándose muchas correcciones “casi obligatorias” en bodega. Es decir, se consigue maduraciones en la uva más prolongadas y homogéneas, teniendo mayores aptitudes para envejecer en barrica, gracias al subidón de acidez y una acumulación de taninos diferente a la de otros de latitudes más llanas.
El diseño de la botella bordelesa tira más hacia las marcas clásicas que a las modernas y muchas veces extravagantes etiquetas que buscan llamar la atención a cualquier precio. Es cierto que no pasaría en un desfile de “botellas modelo” a la siguiente ronda, pero eso en estos momentos parece ser secundario, centrándose por completo en sacar lo mejor de la uva para ofrecernos un producto de calidad, y en un futuro tal vez piensen en la modificación de la misma. Centrémonos pues, en el líquido que hay en su interior que es lo verdaderamente importante:

LAS MESETAS 2009


Cabernet sauvignon, syrah y merlot a partes iguales.

Vino de la Sierra de Cádiz, Setenil de las Bodegas (Cádiz).

2500-3000 botellas.

13% alcohol.

4€ aprox. en La Cueva del Ibérico.


VISTA
En copa es brillante, rebosante aún de juventud pese a ser del 2009, con un vivo color rojo cereza de media capa con ribetes morados y ligero en su movimiento.

OLFATO
Ya a copa parada en la fase olfativa, nos regala un canasto de fruta roja y negra adornada con perfumes de flores silvestres (violetas). Movemos la copa y sube su intensidad, exaltada por un alcohol que despunta un poco, al que le falta integrarse, apareciendo rasgos balsámicos (menta), lácticos, pimienta negra y un fondo algo herbáceo pero no molesto. Es una “nariz” joven y fresca, pero también amable y muy correcta que seguro mejorará y ofrecerá más complejidad en futuras añadas.

GUSTO
De entrada es amable y fresco. En su recorrido es ligero y de acidez impaciente, acompañados por unos taninos pulidos pero presentes. El dulzor en este vino es muy importante ya que equilibra la balanza, donde el despunte del alcohol está bien enmascarado por el mismo. Fruta y balsámicos reinan en esta fase donde aparece un sugestivo recuerdo a tinta china en el retrogusto.

Un vino para todos los días, ligero, fresco, sin complicaciones, que expresa juventud y frutosidad sobre todo lo demás, es lo que debe demostrar un buen vino joven, pero con buenas pretensiones de mejora, un buen potencial para que en futuras añadas con una contenida maduración en contacto con buenas duelas de madera aporte más complejidad y personalidad… un vino con futuro.

Gracias Daniel Camacho. Ya sólo espero visitar vuestra finca y disfrutar de vuestro hermoso pueblo y gente. Hasta pronto!!