Mostrando entradas con la etiqueta D.O. Vinos de Madrid. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta D.O. Vinos de Madrid. Mostrar todas las entradas

lunes, 18 de junio de 2012

CALLENCATAS - Pagos de Familia de Marqués de Griñón





Hay muchas formas para que la gente se acerque a lo que es el “mundo del vino”. Catas para principiantes, presentaciones de bodegas en vinotecas y restaurantes, ferias en torno al vino, etc. Pero una muy original que se practica en Cádiz son las CALLENCATAS, que consisten en realizar catas y presentaciones de bodegas venidas de toda España en terrazas de restaurantes en plena calle.


Aquí, se aplica el refrán: “si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”. Esto es una buena idea del GRUPO MAGERIT, dirigido por Josefina Armental Fopiani, para expandir esta cultura tan nuestra pero a la vez tan desconocida por la mayoría de los mortales. Eligen un buen restaurante y una bonita terraza, y ahí en plena calle, en un bonito rincón de Cádiz (que los hay muchos) imparten las catas. En resumen, podría decir que es una original práctica que mezcla los aromas de los vinos con el ruido callejero y las
miradas curiosas de los transeúntes.
En esta cata que yo asistí, la bodega invitada fue DOMINIO DE VALDEPUSA, de PAGOS DE FAMILIA DE MARQUÉS DE GRIÑÓN, y se llevó a cabo en la terraza del restaurante "Abuela Elfrides" de la plaza San Agustín. Esta bodega toledana, a la que anteriormente he dedicado un post con su vino CALIZA, tuvo como representante a su director comercial Eloy Ramírez, que se manejó bien en la calle, solventando algunas adversidades curiosas. Catamos cuatro vinos y tres aceites de la bodega. Los vinos fueron los monovarietales de la bodega: CABERNET SAUVIGNON 2006, SYRAH 2006PETIT VERDOT 2006 y “EL RINCÓN” 2007,un nuevo experimento con indicación de D.O. Vinos de Madrid de apenas 1600 botellas, elaborado con la inusual casta garnacha tintorera, cuya principal característica diferenciadora es su pulpa coloreada. Son vinos intensos y cubiertos, todos con un denominador común, su alto grado alcohólico (14,5 o 15%). Por esto, son vinos que tienen su público, muy frutosos y complejos, pero a la vez robustos, carnosos y tánicos. Todo depende de gustos y momentos, ya que personalmente, creo que son caldos hechos para acompañar comidas contundentes y grasas. Por otra parte, los aceites fueron también de muy buena calidad. Uno elaborado con arbequina y otro con picual, y un tercero de una mezcla de los dos. Aceites intensos, potentes y complejos; uno más picante que el otro, y otro más especiado. Excelentes.


Pero lo mejor de la tarde no fueron ni los vinos ni los aceites sino la buena compañía en la mesa. Estuve gratamente acompañado por una pareja de ancianos que aman los buenos vinos como yo. Muy amables, me preguntaron si se podían sentar a mi lado en la misma mesa, y yo acepté plácidamente. Rápidamente me percaté de que el marido era ciego y eso me sembró una gran duda… ¿cómo influye la falta de vista en la apreciación y análisis de los vinos? Os puedo asegurar que la vista es una fase en el análisis de los vinos muy influyente pero no determinante. Hay vinos tintos poco cubiertos que parecen rosados, o rosados de gran capa que pasan por tintos. Los colores se los iba preguntando a su esposa y se hacía una idea, pero los aromas y los gustos los captaba con una facilidad increíble. Al parecer, los invidentes tienen el sentido del olfato y del gusto más desarrollados que los demás, y por eso captan nuevos aromas y descubren más gustos en boca que pueden pasar desapercibidos para otros. Una frase que se me quedó grabada de esta persona fue: “Me encantan los aromas complejos de estos vinos, pero hay un perfume de una señora cercana que me está matando”.
Prueben, y hagan el intento de catar vinos con una venda en los ojos. Seguro que es una experiencia muy positiva que ayuda a desarrollar mejor el olfato y el gusto. Un nuevo mundo de intensas sensaciones nos esperan.
Hasta otra!!

martes, 3 de mayo de 2011

TAGONIUS CRIANZA 2004, un grande de Madrid.

 Elegimos uno de esos vinos guardados en los botelleros del club The Wine Room, que estaban limándose en botella. Una bonita botella bordelesa de calidad, que nos transmite un mensaje. Es una de esas botellas denominadas de “vino de guarda”,  con cristal oscuro y grueso, en las que es difícil el escanciado del propio vino por su peso, lo preserva de la luz, vibraciones y rotura por golpes, evitando una evolución negativa.


Forma de la botella en su extremo
inferior para el depósito de los
sedimentos.
 Este tinto, de la menospreciada D.O. Vinos de Madrid, se llama Tagonius, en honor  al rio Tajuña que pasa por la localidad de Tielmes, dentro de la subzona de Arganda del Rey, que es una de las tres zonas vinícolas más grande de esta D.O. del centro de España, donde también se localiza la bodega con su mismo nombre (Bodegas Tagonius).
Bodegas Tagonius se fundó en el año 2000 como proyecto vitivinícola del grupo empresarial Foxá, en el que también se elaboran aceites y vinagres de alta calidad. Destacaremos que en esta bodega también se elaboran vinos kosher bajo la marca “Tikvah”, para el consumo de las comunidades judías con sus excesivos controles y reglas, siempre regidas por un rabino judío. Otro tanto a favor de esta bodega es su completísimo e innovador laboratorio con los últimos avances tecnológicos para controlar tanto los vinos como los aceites y vinagres.


Ignacio de Miguel, reputado enólogo.
 

La marca de vinos Tagonius fue inicialmente asesorada por el prestigioso enólogo Ignacio de Miguel, especializado en la asesoría de la composición de vinos mediante la cata. Este reputado enólogo, profundo entusiasta de Castilla-La Mancha, trabaja con los enólogos de más de veinte bodegas de toda España y les informa de lo que está pasando en el mercado para que tengan éxito dentro del mismo. Comenzó elaborando Dehesa del Carrizal, de Marcial Gómez Sequeira, para seguir con Pago de Vallegarcía, de Alfonso Cortina; también asesora a Estancia Piedra, El Regajal, Martúe, Pasos Largos, el QP de Rioja, Pago de Larrainzar, el último proyecto llamado 14 Viñas, y su vino propio el tinto Zumaque de Broteas, entre otros. Según nos cuenta Ignacio de Miguel, todo su conocimiento sobre la asesoría de la composición de los vinos mediante la cata, se lo debe a Michel Rolland, ya que trabajó con él en Dominio de Valdepusa (también coincidió con Emile Peynaud y Richard Smart ) gracias a la amistad que su padre tenía con el Marqués de Griñón. Seguro que catamos más vinos que tengan que deber algo a este profesional de la élite en la enología española.
La añada de este vino que vamos a analizar, la del 2004, es una añada especial para la bodega. Fue valorada  por el prestigioso y polémico gurú del vino, Robert M. Parker, con 91 puntos, tal y como se puede apreciar en la etiqueta de la botella. También fue galardonada con la medalla de plata en Mundus Vini 2006 y la medalla de oro 2007 del Concours Mondial Bruxelles, entre otros premios.

                                      

TAGONIUS CRIANZA 2004
·       Bodega: Bodegas Tagonius.
·       Zona: D.O. Vinos de Madrid (Subzona de Arganda del Rey).
·       Tipo de vino: Tinto con madera.
·       Meses en barrica: 9 meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), y 18 meses en botella, más los meses en mi bodega.
·       Variedades: Tempranillo, cabernet sauvignon y syrah.
·       % alcohol: 14,5%.
·       Precio aprox.: 9€.
·       Punt. Personal (0-100): 62 ptos.

Existe una contradicción en la información de las variedades empleadas en la elaboración del vino. En la etiqueta del reverso de la botella nos informa de que la única variedad empleada es la tempranillo; sin embargo, en la página web de dicha bodega se contradicen, añadiendo a la cabernet sauvignon y a la syrah. No puedo decir que sea un error, pero si pienso que es una falta de información vital para aficionados y profesionales del vino.



Contraetiqueta deteriorada por su reposo en botellero.


Copa tipo Borgoña.
Decido utilizar para la cata una copa tipo borgoña que refleje mejor los aromas sutiles de este vino, fruto de la evolución de una crianza en barrica y botella. Analizo también la botella de vino a través de la luz de una vela para decidir, como nos indica la contraetiqueta, si es conveniente la decantación. No se visualiza ningún poso ni partícula en suspensión, así que decido no decantarlo.


Este vino colorea la copa con un bonito rojo picota medianamente cubierto, brillante y cristalino con ribetes granate. Densidad media-baja con lágrimas tintadas en la copa medio-rápidas.
Nariz agradable y de intensidad sorprendentemente baja en el primer acercamiento de la nariz sin agitar la copa. Cuando la agitamos, sube su intensidad con aromas elegantes de fragancias de frutos rojos en sazón (fresones y cerezas), seguido de un roble avainillado rodeado de especias dulces, como la canela, y un fondo de monte bajo (tomillo) y flores (lirios).
El encuentro con la boca es abocada, con aristas de acidez (que nos revela su potencial de guarda) y un cuerpo ligero con un paso de boca rápido pero persistente que nos deja en boca los recuerdos frutales y especiados de la madera. El aspecto negativo es la sensación de verdor o amargor en la retronasal, que enmascara la frutosidad que encontramos en nariz. No sé, pero puede ser debido a la no correcta maduración en la vendimia de algunas de las tres variedades empleadas, o al aporte vegetal que, a veces, se encuentra en la cabernet sauvignon.
De todas formas es un vino correcto aunque, personalmente, esperaba más de él. Tal vez, necesitaba más tiempo en botella.
Habrá que seguirlo, comprando alguna botella de otra cosecha.