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Foto de www.santijordi.com |
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Viñedo junto al Monasterio de la Cartuja |
Son vinos de autor, aquellos que reflejan la filosofía que quiere
transmitir su elaborador o creador, buscando en todo momento llevar la uva a la
copa. La vida de Santi Jordi transcurre como la de muchos enólogos modernos
como por ejemplo Telmo Rodríguez o Raúl Pérez, buscando pequeñas viñas o pagos
únicos por toda España y también fuera, para estudiarlos y sacar todo lo bueno
y exclusivo de la planta y transmitirlo a la copa. La intervención de Santi
Jordi en la bodega sólo va encaminada a potenciar esa personalidad de la uva y
su terroir de manera racional,
incluso apartándose de directrices y reglas implantadas por las diferentes
organizaciones de las zonas, siempre con la finalidad de emocionar al
consumidor. Tal es así, que cada año, cada cosecha, determinará el producto
final en cada botella, es decir, un mismo vino será diferente cada añada,
pudiendo cambiar las variedades, porcentajes, técnicas en la elaboración, etc.
con el fin de que su autor, Santi Jordi, consiga el resultado óptimo, su vino
de autor.
Os paso a hablar sobre sus vinos
presentados, aunque tiene muchos otros que pronto también saldrán al mercado.
De momento estos, son personales y emocionantes:
MARGARITO Y AMAPOLO 2012
80% petit verdot y 20% graciano (¿tintilla de Rota?) de viñedos de
entre 9 y 13 años de
Jerez de la Frontera.
Vino de la Tierra de Cádiz.
Criado en barricas de roble francés (75%) y americano (25%) durante
6 meses.
Botella número 0525 de 1155 botellas.
14% alcohol.
19,50€ aprox.
Vino procedente de una parcela de la
finca familiar de Santi Jordi, pegada al Monasterio de la Cartuja de Jerez y
rodeada de muchas flores como las margaritas y amapolas, de ahí el nombre del
vino. El autor apuesta por un coupage de dos de las variedades tintas con más
auge en la provincia de Cádiz como son la petit verdot, uva francesa que da
excelentes resultados en esta zona del sur, y la graciano riojana, que tiene
muchas posibilidades de ser en realidad la autóctona tintilla de Rota, la cual está resurgiendo para convertirse en una
variedad referente en tintos secos.
Tras la cata os puedo decir que es un
vino que transmite la territorialidad de la zona, la mineralidad del suelo, y
eso es una de las cualidades que más me gustan en un vino.
En copa nos lo encontramos un poco
cerrado al principio (baja intensidad de aromas), incluso con algunos olores
reductivos de su elaboración y estancia en botella, por lo
que aconsejo una buena oxigenación, principalmente en una decantadora para
disipar esos olores y despertar los matices y potencia que guarda el vino.
Tengo que destacar que en este vino, Santi Jordi sólo aprovecha los rigores del
invierno para estabilizarlo de forma natural, es decir, sin estabilización
física ni química, sólo estacionaria. Debido a esto y a su naturalidad, pueden
aparecer en la vida en botella precipitados dada su elaboración.
Un
vino impresionante y de una calidad exquisita pero que pienso aún está muy
joven y que con toda seguridad ofrecerá más matices en un par de años si se
conserva adecuadamente en botella.
(Este vino pertenece a mi selección
personal y lo podéis conseguir en www.defiguereovinos.com)
VISTA
De
color rojo cereza intenso que irradia juventud, capa alta y ribete amoratado.
Al mover la copa se muestra algo denso, tiñendo la copa y dejando gruesas
lágrimas que bajan lentamente por el cristal.
OLFATO
Cerrado
al inicio con tímidos olores reductivos que van desapareciendo con una buena
aireación. Despierta y se muestra joven y potente con concentrados aromas de
fruta negra (moras), cacao, tímidos tostados, hojas secas, mineralidad. Con el
tiempo, esta nariz va progresando y desarrollando nuevos aromas, apareciendo
recuerdos a regaliz negro y tartaletas de grosellas. Una nariz fresca, compleja
y con pureza de matices.
GUSTO
Entra
suave y fresco; prosigue ligero, ágil y sabroso; con unos taninos sedosos y una
acidez de libro. Una boca con un extraordinario equilibrio y complejidad que
perdura en el tiempo con mucha fruta negra y recuerdos minerales.
SER O NO SER 2011
100% Tinta de Toro de cuatro parcelas de un viñedo de entre 40 y 55
años en la provincia de Zamora.
D.O. Toro.
Criado en barricas de roble francés (75%) y americano (25%) durante
12 meses.
Botella número 0579 de 9146 botellas.
14,5% alcohol.
14,50€ aprox.
Éste
puede ser el vino más comercial de Santi, pero no por ello, menos interesante.
Pertenece a la D.O. Toro, pero se desmarca de los tradicionales vinos de esa
zona, potentes y estructurados, procedente de varias parcelas seleccionadas por
su interesante terroir y altitud
(entre 690 y 750 metros). Es un “toro” de autor sedoso y fresco.
Un
vino para tomar ya o para dejar un par de años, donde responderá con otros
aromas sutiles de su estancia reductiva. Un “toro” diferente.
VISTA
Brillante
color rojo cereza de media capa con ribetes morados y total limpidez. Buena
lágrima.
OLFATO
Aromas
medio intensos a fruta roja madura, lácticos (mantequilla), elegantes tostados,
flores secas, balsámicos y fondo mineral (caliza). Femenino y seductor en
nariz.
GUSTO
Boca
suave y ligera, con acidez bien integrada y finos taninos marcados. Final
persistente con recuerdos a fruta pasada y leves tostados. Equilibrio y frescura.
FLOR DE UN DIA 2009
100% Tempranillo de una parcela en ladera (870metros) con suelo muy
poco fértil de un viñedo de entre 85 y 90 años en la provincia de Valladolid.
Vino de Mesa (Castilla y León).
Criado en barricas de roble francés de primer y segundo año durante
14 meses y afinamiento final en botas de palo cortado durante 8 semanas.
Botella número 0195 de 2286 botellas.
14,5% alcohol.
23,50€ aprox.
Este
vino es una de las apuestas personales más fuertes de nuestro autor, que vuelve
a sus orígenes, Jerez, para hacer realidad una idea que siempre ha estado
rondando su cabeza… pasar un vino tinto por botas de vino de Jerez, esta
concretamente de palo cortado. Tras varios intentos años atrás experimentando
esta peculiar crianza en vinos tintos, es en esta añada donde ha conseguido lo
que quería, transmitir en un vino tinto algunas de las peculiaridades que
otorga una crianza oxidativa con tanta personalidad y autenticidad como es la
del palo cortado en un equilibrio perfecto. Exactamente, la utilización de esta
bota la realiza en el momento de la fermentación durante unos 9 días en botas
abiertas y también al final, en el “afinamiento” de la crianza, justamente
después de su crianza en barricas de roble francés y antes de su estabilización
y filtrado ligero por placas antes de su embotellado. Su larga crianza en
botella es la que le otorga definitivamente esos sutiles matices del bouquet
terciario de los vinos de Jerez, integrándolos y consiguiendo una óptima conjunción
organoléptica. Por esta causa, aconsejo una buena oxigenación para que este
vino muestre sus “escondidas” bondades de vino generoso. Un verdadero Vino de
Autor.
VISTA
Bonito
y brillante color rojo cereza de media intensidad con ribetes morados y lágrima
presente.
OLFATO
Nariz
fragante, perfumada, femenina, intensa, con recuerdos de fruta roja pasada algo
licorosa, balsámicos (romero), vainillas, pipas tostadas. Complejo.
GUSTO
Boca
amable al entrar, fresca, ligera, fina, amplia, con acidez integrada y taninos
presentes pero sedosos, y final muy suave, placentero. Un excelente vino fácil
de beber que evoluciona en copa y en botella muy positivamente.
Tres
vinos diferentes entre sí, con semblantes puros y auténticos. No soy brujo ni
predigo el futuro pero estoy muy convencido de que este joven enólogo y
apasionado de los buenos vinos está en el buen camino de todo lo que tienen que
demostrar nuestros vinos, y mas concretamente de los vinos de la Tierra de Cádiz.
Desde
aquí, quiero dar mi enhorabuena a Santi Jordi por darnos la oportunidad de poder
probar sus vinos de autor, vinos con sentimiento, vinos que acarician.