Volvemos hablando sobre tintos después de varias entradas dedicadas a vinos del Marco de Jerez, y lo hacemos a lo grande, regresando a La Rioja Alavesa, para descubrir la magia y la tradición de una de las bodegas más antiguas de La Rioja. Porque hablar de La Granja de Nuestra Señora de Remelluri es hablar de la historia de una vida, de una casa, de una finca, de una familia, de La Rioja. No es de las bodegas más antiguas, aunque puede ser el lugar donde se elaboró vino por primera vez en La Rioja. Eso sí, desde el momento en que pusieron su primer vino en el mercado, después de la reconversión de la granja monástica de Toloño (Labastida), se ha convertido en un referente de la región y de toda España.
No voy a explayarme en los detalles históricos porque así lo hace muy bien en su web, pero tengo que subrayar que es una de las primeras bodegas riojanas que se asemeja a los chateaux bordeleses, rodeada de sus propios viñedos (105 hectáreas), respetando el medio ambiente, sin la utilización de productos químicos (están actualmente en conversión a viñedo ecológico con productos biodinámicos). Tienen también unas tres hectáreas de viñedos con variedades blancas francesas (viognier, roussanne, marsanne, chardonnay y sauvignon blanc), que forman parte en la elaboración del magnífico blanco barrica.
Pero el vino sobre el que vamos a tratar no es su blanco barrica, sino su tinto Remelluri Reserva 2006, que es el más conocido de esta bodega. Su vinificación es muy tradicional: vendimia totalmente manual en cajas de 20 kilos, selección manual en campo y mesa, pisado del sombrero, fermentación maloláctica en tinos de madera de más de 150 años con levaduras autóctonas y parte en barricas, trasiegos manuales, clarificación con clara de huevo,… Todo para que el vino se exprese libremente, porque según la filosofía de la bodega, sus vinos deben ser fieles a su casta y origen, es decir, deben tener “su propia alma”.
Y mucha culpa de esto la tiene el inquieto y siempre motivado Telmo Rodríguez, que después de llevar a cabo su proyecto “Compañía de Vinos Telmo Rodríguez”, vuelve a su casa, a Remelluri, para ser el encargado de llevar a cabo una seria transformación de esta bodega familiar, principalmente en el viñedo, que es dónde a él le gusta trabajar el vino. Telmo vuelve 12 años después a sus orígenes, ha madurado y quiere inculcar sus ideas a la filosofía de la bodega. Seguro que lo hará bien!!
Pero el vino sobre el que vamos a tratar no es su blanco barrica, sino su tinto Remelluri Reserva 2006, que es el más conocido de esta bodega. Su vinificación es muy tradicional: vendimia totalmente manual en cajas de 20 kilos, selección manual en campo y mesa, pisado del sombrero, fermentación maloláctica en tinos de madera de más de 150 años con levaduras autóctonas y parte en barricas, trasiegos manuales, clarificación con clara de huevo,… Todo para que el vino se exprese libremente, porque según la filosofía de la bodega, sus vinos deben ser fieles a su casta y origen, es decir, deben tener “su propia alma”.
Y mucha culpa de esto la tiene el inquieto y siempre motivado Telmo Rodríguez, que después de llevar a cabo su proyecto “Compañía de Vinos Telmo Rodríguez”, vuelve a su casa, a Remelluri, para ser el encargado de llevar a cabo una seria transformación de esta bodega familiar, principalmente en el viñedo, que es dónde a él le gusta trabajar el vino. Telmo vuelve 12 años después a sus orígenes, ha madurado y quiere inculcar sus ideas a la filosofía de la bodega. Seguro que lo hará bien!!
Este vino en su añada 2006, está elaborado con tempranillo mayoritariamente, con un leve aporte de graciano y garnacha. El suelo sobre el que están plantadas estas vides son terrazas calizas pobres, de naturaleza arcillo-calcárea, con una roca madre que aflora por zonas. Esto claro, dota al vino de mayor complejidad y aporta rasgos minerales que se pueden percibir en la cata. Para su envejecimiento se opta por la utilización de barricas de roble francés (70%) y americano (30%) durante 17 meses, siendo embotellado en Mayo del 2008.
La cata nos depara todo un mundo de sensaciones. Desde la fruta roja madura a los recuerdos de cuero curtido, desde los aromas florales (violetas) a la vainilla del roble francés, de lo clásico a lo moderno. La elegancia es su percha, y la frescura la bondad de su añada. Los taninos marcados esperan al final para expresarse jóvenes, algo verdes, dejándonos la boca limpia y seca, indicativo también de su larga vida por delante si es debidamente conservado, y augurando una madurez que reflejará otras sensaciones placenteras. Todo esto y mucho más dentro de una botella de vino, un gran vino de La Rioja.
Espero que os guste, y si tenéis la ocasión, haceros con una botella. Es un vino que no defrauda.
Hasta la próxima amigos!!
Muy buenas Juan Manuel,
ResponderEliminarhabrá que probarlo. Ya había oido hablar muy bién de Telmo y sus vinos, pero tal y como has descrito a este Remelluri lo probaré en breve.
Según tengo oido, Telmo está elaborando en la Axarquía Malagueña un Naturalmente Dulce con la Moscatel de Alejandría, ya autóctona, llamado Molino Real de muy alta calidad.
Un saludo desde VinoAroma.