Supongo que ni los propios creadores
de esta fascinante idea podrían imaginarse hasta que punto llegaría el éxito de
tal evento. La repercusión que ha tomado en nuestro país ha sido sobresaliente,
y si ya miramos fuera de nuestras fronteras se nos pone los pelos de punta. El WORLD SHERRY DAY (WSD) ha
servido para reencontrarnos con nuestros maravillosos vinos, los vinos de Jerez
o Sherry, únicos en el mundo, para hablar sobre ellos, para saborearlos y
principalmente para darnos cuenta del cariño y la pasión de los muchos que
apostamos por ellos, porque ellos lo valen. La celebración de un día para este
evento se quedaba muy corta para tanta complejidad, claro. Así que Chelsea Anthon y Wolfgang Hess, los culpables de esta originalidad, deciden ampliar
la longevidad de este acontecimiento a una semana. Impresiona ver la lista de
países participantes ofrecida por su página web creada para la ocasión. España,
como anfitrión, se lleva la palma en números de eventos, seguido del Reino
Unido, Estados Unidos, Rusia y sorprendentemente por Japón, seguramente el país
que más valora espiritualmente nuestros vinos. Un total de 301 eventos repartidos entre 28
países, algo increíble. No hacía falta ningún aporte económico para participar
en ese día, sólo registrarse como organizador de un evento en su web. Eventos
en bodegas, restaurantes, bares, hoteles, tabancos, privados… Desde catas a
menús degustación, maridajes con jerez, etc.
Yo, como amante de estos maravillosos
vinos no podía quedarme de brazos cruzados, y mi pasión me empuja a organizar
algo. Mi idea fue centrar la atención en las femeninas Manzanillas, seleccionando botellas de distintas tipologías y
bodegas para que, entre unos cuantos enamorados de las mismas, pudiéramos
disfrutar de ellas en este día tan especial. El sitio elegido para tal evento
es mi rincón enológico, mi “espacio para
disfrutar del vino” y no quiero ser atrevido o arrogante pero alguno que
otro que ya ha estado allí dice que esa frase le viene como anillo al dedo.
Juan Antonio Núñez, Miguel Asencio, Antonio Barbadillo, Laura Macías, Juan Manuel Figuereo, Alejandro Narvaez y Antonio Narváez que estaba echando la foto. |
En The Wine Room pasamos una inolvidable mañana en la que hubiéramos querido que se
parara el tiempo. Una selección de extraordinarias Manzanillas iban pasando una
detrás de otra, desde las Finas más jóvenes a las Pasadas o a las que ya tenían
bastante tiempo en botella y habían experimentado esa mágica “crianza
reductiva” (en ausencia de oxígeno). Apreciábamos una a una, comentando sus peculiaridades
a la vez que disfrutábamos de todas sus cualidades organolépticas de uno de los
vinos más singulares de nuestro planeta. Tener la suerte de contar ese día
entre nosotros con Antonio Barbadillo
Mateos, doctorado en la “señorita de los vinos” como él llama a “su
Manzanilla”, es un privilegio como pocos han podido tener en este WSD.
Escuchábamos como niños sus lecciones y sabiduría, y así disfrutábamos aún más
si podía ser, de un día mágico para todos los presentes que amamos el vino,
amamos el Sherry. Sé que más de uno salió ese día de allí con sensaciones de
haber pasado una mañana inolvidable, como la persistencia de las Manzanillas
que se abrieron. Gracias a todos por vuestra asistencia y en especial a Antonio
Barbadillo por su esfuerzo para poder acompañarnos en días tan difíciles por
los compromisos. Espero que esto sea sólo el principio de muchas reuniones en
torno a buenos vinos.
Desde este humilde blog quiero dar también
las gracias a los organizadores de esta maravillosa idea, Chelsea y Wolfgang, y
animarles, aunque sé que no les hará falta, para que este sólo sea el comienzo
de muchas iniciativas por y para los vinos más extraordinarios del planeta… el
SHERRY.
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